Lleno vacíos en cuerpos que no conozco buscando lo que perdí contigo.
Ahora me dedico a tocar las paredes de los cuartos oscuros suponiendo que te encuentro.
Vuelves pero no eres el mismo.
Caminas sin mí pero conmigo.
Me besas a mí pero en tu cabeza no estoy yo.
A tu corazón le debo explicaciones que ni yo comprendo.
Bajamos las montañas que un día subimos juntos.
Empedradas y enlodadas.
Susurrando y temiendo.
De repente en picada todo se destiñe.
El verde favorito de las hojas, los prados y las montañas.
Las nubes en ese cielo al que le oro tanto.
El naranja de mis atardeceres favoritos que bautizo con tu nombre.
Y te suelto.
Y me sueltas.
Y nos convertimos en dos desconocidos a los que solo yo estoy intentando olvidar.
Todos los escritos aquí tienen los derechos reservados y fueron escritos por Natalia Rodríguez Calvo.©
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